80 páginas, Editorial La Ballesta Magnífica
Un conjunto de relatos o una nouvelle que funda sobre una tierra que acaso exista una tierra nueva. Isla sobre isla, como una transparencia ligeramente corrida, un mapa vibratorio y traslúcido, se entrevé un sinnúmero de individuos obcecados correr tras el amor, la trapisonda, el éxito o la carne de los ángeles; entre ruinas, pianos, chapones y alimañas más reales que las reales: el pez torpedo con su venenosa catinga, el carpincho eléctrico, el vindicativo sapo romano, el idéntico niño de relojería, la abeja negra y su “miel maligna” o la tortuga gigante que se comió a su dueño. Isleños, bebederos de piedra, operetas subacuáticas cuyos argumentos contienen pueblos retrospectivos y enteros que se abren hacia otros textos como minuciosas quintas.
80 páginas, Editorial La Ballesta Magnífica
Un conjunto de relatos o una nouvelle que funda sobre una tierra que acaso exista una tierra nueva. Isla sobre isla, como una transparencia ligeramente corrida, un mapa vibratorio y traslúcido, se entrevé un sinnúmero de individuos obcecados correr tras el amor, la trapisonda, el éxito o la carne de los ángeles; entre ruinas, pianos, chapones y alimañas más reales que las reales: el pez torpedo con su venenosa catinga, el carpincho eléctrico, el vindicativo sapo romano, el idéntico niño de relojería, la abeja negra y su “miel maligna” o la tortuga gigante que se comió a su dueño. Isleños, bebederos de piedra, operetas subacuáticas cuyos argumentos contienen pueblos retrospectivos y enteros que se abren hacia otros textos como minuciosas quintas.